martes, 20 de mayo de 2014

Sorpresas en el baño



Hoy es el día, pensó. Aprovechando que celebraban el décimo aniversario de boda, prepararía a su marido aquel largo baño de espuma del que tanto le había oído hablar en múltiples ocasiones.

            Lo organizó todo con esmero. El agua templada, los alrededores de la bañera cubiertos con pétalos de rosas, un poco de incienso para perfumar la estancia y pequeñas velas que, junto con un tenue hilo musical, creaban un ambiente íntimo y relajante.

            Juan llegó del trabajo, dejó caer el cuerpo sobre el sofá y pidió a su mujer una cerveza. Marina entró al cuarto de estar con un minúsculo biquini rojo, el pelo recogido en un moño y una flor a modo de adorno. Lo cogió del brazo y lo llevó hasta el baño.

            “¡¿Pero esto qué es?!”, exclamó. “Ya has estado viendo una de esas películas romanticotas que tanto te gustan ¿no?”.
           
            Marina se echó a llorar. “¿No decías que querías un largo baño de espuma? Pues aquí lo tienes que, por si no lo recuerdas, hoy es nuestro aniversario".

            El llanto quedó eclipsado por una enorme carcajada. “¡Claro que es mi sueño un baño de espuma, tonta, pero de espuma de cerveza!” 

3 comentarios:

  1. Buen relato, pero como hombre discrepo: no creo que ninguno rechace ese baño de espuma. Además, se puede ir bebiendo la cerveza durante el baño, jaja.
    Besos, amiga.

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  2. Otra opción es que deje entreabierta la puerta del baño, que se ponga música suave, deje las velas aromáticas encendidas, se abra una botella de cava, que suspire te tanto en tanto de placer justo lo fuerte necesario para que él la oiga y ¡¡¡verás que pronto entra en la bañera, vestido y todo!!!!

    Que ella le deje o no, es otra cosa... jajajaja!

    Muy buena.

    Beso.

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  3. Yo que ella, e doy la cerveza y me meto yo en el baño!...después él, que elija...
    =)

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