¿Qué decir de 2016? Ya
sabéis que en mi resumen anual siempre me quedo con lo positivo y dejo a un
lado lo negativo, pues bien, esta vez es que, como casi siempre, los momentos
buenos superan con creces a los malos. Han sido muchos los acontecimientos celebrados
a lo largo de estos doce meses, el más importante y especial, mi boda con José
Alberto el 23 de julio. Sin duda, un día para recordar, en el que compartimos
con familiares y amigos nuestra unión en matrimonio.

No
faltó el fútbol, algo que quienes me conocéis bien sabéis que me encanta. Y
aunque esta vez mi Atleti tampoco consiguió la ansiada Champions, lo que sí que
pudimos celebrar juntos, José Alberto y yo, fueron los éxitos del Atlético
Mancha Real, que ascendió de categoría, pasando de tercera a segunda B. Por
cierto, que el equipo en el que él juega fútbol sala también ascendió, gracias,
en gran parte, a los goles que mi señor esposo para como portero, todo hay que
decirlo. Jeje. Ahh, y no puedo olvidarme del España-Macedonia que tuvo lugar en
Los Cármenes. Ya puedo decir, por fin, que he visto un partido de la selección
española en directo. ¡Si hasta conocí a Manolo el del Bombo!
En
Carnaval nos disfrazamos de macetas, para San Valentín estuvimos en la cena
organizada por Jardines de la Almazara y un mes antes de la boda celebramos la
despedida de solteros. Como podéis comprobar, tampoco esta vez faltaron las
fiestas. En todas ellas lo pasamos genial, al igual que en la fiesta de Jimena,
en la feria de Mancha Real, la verbena de agosto, la falla… ¿será por fiestas?
¡Y que no falten!
A
2017 solamente le puedo pedir salud para la gente que quiero y que todo vaya
por lo menos igual de bien que hasta ahora. No puedo pedir más, pues gracias a
Dios, a día de hoy, no me puedo quejar por cómo me trata la vida. Bueno,
puestos a pedir, también me gustaría poder seguir compartiendo buenos momentos
para el recuerdo con mi familia y amigos.
¡Feliz 2017 para todos!
¡Nos vemos!