Una vez más, se despierta sobresaltada. Hay una imagen que no puede quitarse de la cabeza desde que su hijo le enseñó aquella inquietante fotografía en el teléfono móvil. Pedro es guardia civil y trabaja en la costa de Almería. Por su profesión, está acostumbrado a ver de todo. Ella, en cambio, no es tan fuerte cómo para lograr que ese tipo de situaciones no le afecten.
Solo vio la imagen unos segundos, los suficientes para que se acomodara en su mente y perturbara sus pensamientos. ¿Quién sería esa persona? Se preguntaba. ¿Qué edad tendría? ¿Andaría metido en algo ‘raro’? Puede que perteneciera a alguna mafia o tal vez se dedicara al tráfico de drogas. Su muerte quizás se debió a un ajuste de cuentas.
Le parece raro que la prensa no se haya hecho eco de la noticia todavía. ¿A caso aparecen cadáveres envueltos a la orilla de la playa todos los días? En la foto se aprecia un cuerpo perfectamente envuelto en una tela blanca, que se amolda a su silueta con grandes tiras de cinta adhesiva negra. Es un paquete hecho a conciencia.
Piensa en la macabra imagen con la que se abran topado los agentes una vez despojado el bulto de las capas que lo cubren. ¿En que grado de descomposición estará? ¿Será posible su identificación? Debe tener muy mal aspecto. ¡Que horror!
Continúa inmersa en sus elucubraciones sobre las causas de aquella muerte, cuando intenta ponerse en la piel de la muchacha que avisó a la Policía. Pedro le había contado que iba con su perro por el paseo marítimo, de buena la mañana, cuando vio un extraño bulto al fondo de playa, cerca del agua. Movida por la curiosidad, la joven se acercó comprobando que se trataba de un cadáver. Eso es, al menos, lo que dijo en su primera declaración ante los agentes. ¡Pobrecilla! ¡Menudo mal rato tuvo que pasar!
Tras unas cuantas noches sin dormir, Pedro sorprende a su madre con una noticia que la deja en shock. Los compañeros que investigan el caso acaban de detener a la joven que comunicó el macabro hallazgo por serias sospechas de su implicación en un asesinato. ¡Y pensar que sentía lástima por ella…!