jueves, 9 de octubre de 2014

Este jueves, un relato: "Encrucijada"





NOTA: Este jueves, Pepe nos propone como tema "encrucijada" y yo, aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid (como se dice popularmente) comparto con vosotros este texto que escribí hace un par de semanas para la Asociación Literaria Café de Palabras, al que precisamente titulé "Encrucijada en el Peñón".  

Encrucijada en el Peñón 


Yo, Charly, como máximo dirigente de la comunidad simia de Gibraltar, os he reunido aquí, queridos hermanos monos, para exponer los peligros que nos acechan y debatir posibles soluciones.

Hace tiempo que españoles, ingleses, llanitos, en definitiva, humanos todos, se quejan de nuestra presencia en el Peñón. Aseguran que molestamos a residentes y turistas, que somos agresivos y dañamos la imagen de la ciudad. Se quejan, además, de que generamos suciedad y malos olores, pero lo peor de todo es que consideran que manifestamos una actitud violenta ante ellos.

Según mis informaciones, las autoridades planean deportar a más de un centenar de nosotros debido a ciertos casos de robos y ataques producidos en los últimos tiempos por algunos macacos aquí presentes.

El Gobierno del Peñón ha decido tomar esta decisión al considerar que, en palabras textuales, “ya no tememos a los humanos”. Creen que es la mejor medida, pues otra sería el sacrificio, algo que, de momento, no contemplan.

Desde aquí os ruego que mejoréis vuestro comportamiento. Lo que para vosotros es una broma, puede resultar un delito para quienes resultan víctimas de dichas acciones. No es lícito robar ni agredir a quienes nos dan de comer pues, al fin y al cabo, son ellos los que mandan y no nosotros. Aunque, claro está, esto podría cambiar.

Llegados a este punto, se nos plantean dos posibilidades. Entregarnos e intentar mejorar nuestra actitud. Revelarnos y comenzar una lucha para conquistar el territorio. Que nadie se olvide de que nuestra presencia aquí es anterior a la de los ingleses, así que, en realidad, este terreno nos corresponde más a nosotros que a ellos.

Es nuestra obligación  mantener la especie, defender nuestro espacio y pelear por lo que nos pertenece. Así que, estimados amigos, os insto a que manifestéis vuestra opinión aquí y ahora, de manera libre, con el fin de tomar una decisión que resulte lo más beneficiosa posible para todos.

Sin más, paso al punto de ruegos y preguntas. Gracias por vuestra atención. Confío en vuestro buen criterio y sensatez a la hora de tratar este importante asunto.  

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