NOTA: Este jueves, Pepe nos propone como tema "encrucijada" y yo, aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid (como se dice popularmente) comparto con vosotros este texto que escribí hace un par de semanas para la Asociación Literaria Café de Palabras, al que precisamente titulé "Encrucijada en el Peñón".
Encrucijada en el Peñón
Yo, Charly, como
máximo dirigente de la comunidad simia de Gibraltar, os he reunido aquí,
queridos hermanos monos, para exponer los peligros que nos acechan y debatir posibles
soluciones.
Hace
tiempo que españoles, ingleses, llanitos, en definitiva, humanos todos, se
quejan de nuestra presencia en el Peñón. Aseguran que molestamos a residentes y
turistas, que somos agresivos y dañamos la imagen de la ciudad. Se quejan,
además, de que generamos suciedad y malos olores, pero lo peor de todo es que
consideran que manifestamos una actitud violenta ante ellos.
Según
mis informaciones, las autoridades planean deportar a más de un centenar de
nosotros debido a ciertos casos de robos y ataques producidos en los últimos
tiempos por algunos macacos aquí presentes.
El Gobierno del Peñón ha decido tomar esta decisión al considerar que, en palabras
textuales, “ya no tememos a los humanos”. Creen que es la mejor medida, pues
otra sería el sacrificio, algo que, de momento, no contemplan.
Desde
aquí os ruego que mejoréis vuestro comportamiento. Lo que para vosotros es una
broma, puede resultar un delito para quienes resultan víctimas de dichas
acciones. No es lícito robar ni agredir a quienes nos dan de comer pues, al fin
y al cabo, son ellos los que mandan y no nosotros. Aunque, claro está, esto
podría cambiar.
Llegados
a este punto, se nos plantean dos posibilidades. Entregarnos e intentar mejorar
nuestra actitud. Revelarnos y comenzar una lucha para conquistar el territorio.
Que nadie se olvide de que nuestra presencia aquí es anterior a la de los
ingleses, así que, en realidad, este terreno nos corresponde más a nosotros que
a ellos.
Es
nuestra obligación mantener la especie,
defender nuestro espacio y pelear por lo que nos pertenece. Así que, estimados
amigos, os insto a que manifestéis vuestra opinión aquí y ahora, de manera
libre, con el fin de tomar una decisión que resulte lo más beneficiosa posible
para todos.
Sin
más, paso al punto de ruegos y preguntas. Gracias por vuestra atención. Confío
en vuestro buen criterio y sensatez a la hora de tratar este importante asunto.
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