A veces me pregunto cómo nos las apañábamos sin teléfono móvil, no hace tantos años, cuando hoy en día se ha convertido en algo prácticamente imprescindible. Recuerdo los primeros modelos que salieron. Parecían ladrillos. Quienes los tenían los mostraban con orgullo, mientras otros se resistían a comprarse uno al asegurar que, teniendo fijo en casa, ese invento no les hacía falta para nada. Pero los tiempos cambian, la tecnología avanza y los ciudadanos terminan por adaptarse a ella y modernizarse a regañadientes o no.
Al principio, los móviles mantenían las utilidades del teléfono convencional, incorporando como principal novedad los mensajes de texto y los juegos. ¿Quién no recuerda en de la serpiente? Poco a poco, se incorporaron otras prestaciones: pantalla en color, cámara de fotos, radio y, finalmente, pantalla táctil e internet. Así es cómo llegaron los actuales smartphones, que realmente llegan a crear adicción.
Es increíble como un aparato de tan pequeñas dimensiones puede ofrecer tanto. Ahora un teléfono móvil no solo sirve para realizar y recibir llamadas y mensajes, sino que, además, ofrece una amplia gama de posibilidades gracias a las aplicaciones que se pueden descargar de internet. Conocer las últimas noticias, saber que tiempo hará mañana, acceder a las redes sociales, chatear a través de mensajería instantánea (sobre todo whatsapp), orientarse por GPS… Son solo algunos ejemplos, ya que existen muchísimos más, casi tantos como podamos imaginar.
El hecho de tener en un mismo objeto juegos, música, acceso a internet y cámara de fotos, hace que muchos jóvenes se sientan enganchados a él y apenas lo suelten para comer y dormir (aunque mientras lo tengan junto al plato o en la mesita de noche). A algunos, incluso les acompaña hasta el baño, por lo que en más de una ocasión ha habido gente a quien se le ha caído al wáter con la consiguiente pérdida que esto conlleva.
Yo llevo casi un año con mi BlackBerry y lo que más uso de ella es el navegador de internet, el whatsapp, las aplicaciones de las redes sociales tuenti y facebook y el correo electrónico, además de utilzarla para llamar y enviar mensajes, claro está. Hace poco, se bloqueó el botón principal del móvil, que no es táctil y funciona a través de un teclado y una pieza que sirve como ratón, al igual que sucede con los ordenadores. Solo iba a ratos y me desesperaba al comprobar que tenía varios whatsapp y algún mensaje de texto o correo electrónico que, sin embargo, no podía ver. Esa tecla es la base del teléfono y sin ella lo único que puedes hacer es recibir llamadas.
El sábado, a la espera de quedar con mis amigos y dado que mi teléfono se había declarado en huelga, decidí sacarle y ponerle la batería en repetidas ocasiones, al igual que apagarlo y encenderlo otras tantas hasta que logré que funcionara justo a tiempo para llegar puntual a la cita. ¡Y pensar que antes quedábamos sin necesidad de usar los móviles! Si alguien tardaba, se esperaba un tiempo prudencial antes de marcharse sin esa persona, ahora, en cambio, enseguida se le llama o se le manda un whatsapp para saber por dónde anda y cuánto le falta para llegar. Estamos en la era de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación y nos hemos anclado en la comodidad de estar conectados con solo pulsar un botón. Creo que es como para reflexionar.
Por cierto, que mi BlackBerry funciona perfectamente desde el sábado y esperemos que siga así. J