martes, 15 de abril de 2014

Crónica oficial del 5 encuentro bloguero en Sevilla


Sevilla, sol, primavera, incienso, azahar… ¿Qué mejor marco para el quinto encuentro juevero que éste? La capital andaluza se engalanó para recibir a un grupo de blogueros ávidos de pasar un buen fin de semana de convivencia, cultura, ocio y, sobre todo, largos ratos de charla y risas. Un cóctel que tuvo como resultado un par de días que se hicieron cortos pero intensos.



 
            Los primeros en llegar a la ciudad lo hicieron el viernes por la tarde-noche. Las anfitrionas de la cita: Nieves, Susus y Rosa, los recibieron con entusiasmo y los llevaron a conocer Triana y a hacer turismo gastronómico (léase ir de cervezas y tapas) por algunos de los bares del barrio. Después, tocaba descansar de cara al sábado, que prometía ser agotador a la vez que gratificante.

            Y así fue. A las diez y media, después de un rico desayuno, nos fuimos reuniendo en la Catedral para comenzar una visita guiada por mi tocaya, Cristina. Digo nos, porque servidora ya se encontraba allí después de un par de horas en tren junto a José Miguel, Encarni, Chelo y José Ignacio (la expedición de Jaén). Abrazos y besos entre quienes llevábamos mucho tiempo sin vernos y quienes aún no nos conocíamos en persona y hala, listos para patear Sevilla y conocer historias y leyendas de la ciudad.

            A pesar de que el día amaneció algo nublado, las nubes fueron dando paso poco a poco al sol, que no quiso apartarse de nuestro lado salvo para ceder terreno a la luna. Así que, menos mal que hicimos caso a la recomendación de nuestras queridas anfitrionas, quienes nos incitaron a tener a mano nuestras gafas de sol con aquella frase de “Nobody forget his sunglasses”.


            La mañana transcurrió haciendo turismo y, sobre todo, fotos, muchas fotos. Hubo momentos en los que parecíamos un grupo perseguidos por paparazzis. Una cámara por aquí, otra por allá, un patata por aquí otro por allá, y siempre con la sonrisa puesta. Nadie quería dejar de inmortalizar los bellos lugares que estábamos visitando. Pudimos comprobar cómo los sevillanos tienden a cambiar el nombre de las cosas (palabras textuales de la guía) y la gran cantidad de leyendas que tienen en torno a sus calles y plazas. Que si una reja hecha por el Diablo, que si la cabeza de una mujer literalemente “pinchada en un palo” por sentirse culpable de la muerte de su padre… Nos adentramos en la historia de la ciudad y tuvimos una visión cercana a la Exposición del 29, que tanto bien trajo a la capital andaluza y de la que se conservan algunos de sus principales pabellones.


Así, llegamos a la Plaza de España, donde concluyó el itinerario turístico. Tocaba descansar y parar a comer. Nieves se ofreció voluntaria para llevar a Vivi, nuestra querida uruguaya, a conocer el pabellón de su país. Algunos cogieron el coche y otros, los más valientes, decidimos ir a pie hasta el restaurante La Basílica, donde tendría lugar el almuerzo. Fue la ocasión perfecta para hablar más distendidamente con los compañeros, entre cerveza y cerveza acompañadas por ricos platos cómo croquetas, paté, pimientos del piquillo y muslos de pollo. Las sevillanas del grupo nos obsequiaron con unos bonitos marca páginas de recuerdo del encuentro, algo que también hizo Leonor. ¿A que no adivináis lo que había en el suyo? Pensad, pensad. ¡Pues un faro!

Una vez con el estómago lleno, nos acercamos a la parada de tranvía más cercana para desplazarnos hasta las famosas Setas Metropol. La idea era subir y divisar la ciudad desde lo alto en ese mismo instante, pero el calor y las ganas de descansar de muchos de los jueveros ganaron la partida, haciendo un pequeño cambio de planes. Un par de horas de tiempo libre para reencontrarnos, después, y seguir la ruta. La mayoría nos alojamos en el hotel Casona de San Andrés, cuyo recepcionista, al conocer de la existencia de los jueveros, manifestó, incluso, su deseo de formar parte de esta amplia familia de escritores. Iba a decir aficionados, pero no me parece justo, pues algunos ya han publicado incluso varios libros, por lo que para mí son más que profesionales. Entre ellos María José, que nos obsequió con un ejemplar firmado de su novela “Bajo los tilos”, y Carmen Andújar, que nos ofreció adquirir “El Guerrero Azul”.


Ahora si, nos acercamos hasta las setas metropol y subimos para divisar la Sevilla nocturna. Unas vistas preciosas que saboreamos tomando un refrigerio. La imagen que presentaba la ciudad iluminada proporcionaba una sensación de bienestar y tranquilidad, o eso fue, al menos, lo que me pareció a mí. De hecho, el tiempo se pasó volando y cuando quisimos darnos cuenta había llegado la hora de ir al Hotel Los Seises, donde sería la cena. Tanto quisimos correr, que una juevera casi se monta en el ascensor con la cerveza en la mano y tuvo que bebersela en apenas dos tragos antes de marchar. A modo de pista diré que se trató de la misma a la que todos firmamos en la escayola. ¡Creo que lo he puesto facilito! Ji ji.

Cuando llegamos al lugar de la cena nos llevamos una grata sorpresa. Primero había un cóctel en la terraza que, ojo al dato, ¡tenía unas preciosas vistas a la Giralda! Podría decirse que el monumento presidía la celebración para deleite de nuestros ojos. ¡Que maravilla! No daban ganas de retirarse de allí, pero había que bajar al salón para proseguir comiendo. Eso sí, a estas alturas alguna que otra aseguraba estar “borracha total” del vinillo que había ingerido.



Al llegar al salón donde tomaríamos el plato pricipal y el postre, un par de jueveras vieron que José Miguel necesitaba ayuda para ir al baño. Una de ellas exclamó “¡Un hombre, necesito un hombre!” con la consiguiente guasa de las compañeras, que duró hasta el día siguiente.

Estando en una reunión de ecritores, no podía faltar la lectura de textos, unos textos que nos hicieron reir y llorar a partes iguales, en definitiva, que nos emocionaron. Hubo un “fantasma” que no quiso faltar a la cita, como tampoco faltó el arte de José Miguel, que a parte de la literatura, también nos obsequió con su cante flamenco. Después, el momento que menos nos gusta, las despedidas. Algunos compañeros se iban el domingo temprano y había que decirles adiós. Otros, en cambio, se quedaban en Sevilla hasta el domingo. Hubo quienes quisieron continuar la noche tomando una copa y al final se quedaron sin copa y, para colmo de males, perdidos por las calles de la ciudad intentando guiarse a través de un punto. Menos mal que el resto del grupo acudió en su ayuda, pues algunas ya planeaban estar de fiesta hasta la mañana siguiente poniendo cómo excusa que no sabían llegar al hotel.

Y así, casi sin darnos cuenta, amaneció el domingo. Sevilla volvía a lucir un sol explendido y sus calles se encontraban repletas de personas, preludio de la Semana Santa que ya se acercaba. De hecho, pudimos ver varios pasos que se encontraban preparados de cara a la Semana de Pasión. Podría decirse que este día fue de convivencia y gastronomía. Pues nos lo pasamos hablando, comiendo y bebiendo. Más de uno todavía se acuerda de los helados, ¡mira que estaban ricos! Y aunque Lucía se resistió a dejar la ciudad hasta el lunes por la mañana, los demás nos fuimos despidiendo, como siempre, a la espera del siguiente encuentro. ¿Qué dónde será? Pues se rumoreaba que en Madrid, para que sea un punto que a todos nos pille más o menos a la misma distancia y que, si ya lo conocemos, podamos dedicar más tiempo a hablar y compartir experiencias entre nosotros, porque otra cosa no sé, pero palique tenemos todos para rato. ¿Quién se anima…?

9 comentarios:

  1. Esperaba yo estos cotilleos, había visto pocas fotografías, me había sabía poco esta visita, este encuentro de amigos... supongo que las ganas que yo tenía de estar ahí se notaron, se me olía en el ambiente... Ahí estaba, pasando achuchones de uno a otro, paseando con todos, descansando, comiendo cosas ricas, compartiendo con todos y todas palabras de cariño, preguntas curiosonas :)))

    Bueno, muchas gracias, este documental es el que necesitaba. Muchas gracias, Cristina.

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  2. Una crónica que nos deja con gusto a los que estamos lejos, de estar mas presente. Que bien que la han paso, con textos, cantos, y por cierto cuanto de beber y comer.
    El brindis del encuentro, entre risas es la mejor escusa para hacer voz, a las palabras.
    Felicidades por el encuentro.

    Y un abrazo a todos, toditos!
    :)

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  3. Así fue y así lo has contado, fue genial desde el primer instante. Yo ya cuento los días hasta que de nuevo nos reunamos.
    Buena crónica Cris.
    Un abrazo.

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  4. Como siempre Cristina, una crónica perfecta y bien resumida. Me he ido acordando de esos momentos fantásticos que pasamos juntos.
    Un beso

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  5. ¡OLE! Gracias por condensar tanto y tan bien, las horas que disfrutamos juntos. Las organizadoras pusimos nuestro empeño, nuestro coranzoncito, pero sin vosotros...ni la Giralda, hubiese sido la misma.
    Un abrazo a la juevera mas joven.

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  6. Estaba deseando leerte. Te sobran méritos propios para ser la cronista oficial de los encuentros jueveros. Has dejado fiel constancia de esas entrañables horas vividas juntos. ¡Y que rápido pasan! Ahora, a esperar el próximo encuentro para disfrutar de vuestra compañia y cariño.
    Gracias por tu estupendo trabajo. A ver si algún medio de comunicación te descubre y te suma a sus filas. Tienes madera de buena periodista. Lo que se están perdiendo...

    Un abrazo.

    Lupe

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  7. Con raz

    Demuestras una vez más, con méritos propios, el porqué eres de hecho la cronista oficial de los encuentros jueveros. ¡Bravo por tí, Cristina!. Ameno, documentado, y pormenorizado documento escrito. Fiel reflejo de lo que hemos vivido en estos dos días intensos en que hemos compartido momentos irrepetibles que nos hacen comenzar a contar los días para la próxima cita.
    Un fuerte abrazo.



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  8. ¡Ay! Menos mal que entre fotos, algunas cosillas que me han contado y esta crónica pude estar, porque en la forma de fantasma no me enteré de nada.
    Muchas gracias por esta crónica que me acerca más a ese encuentro que, por lo que he podido comprobar, ha sido maravilloso como es cada vez que nos encontramos los de este grupo.
    Besos.

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  9. Pues mira por donde... hoy Susu y yo hemos compartido un ratillo en la feria y nos hemos acordado de ti (con lo que te gusta a ti una feria, ehh) y tú crónica... Yo la leí días atrás, en ella como siempre has dado fiel relato de como lo pasamos, estos días con vosotros en mi ciudad han sido especiales, supongo que algo parecido sentiste tú cuando fue la tuya la que nos acogió, me supo a pocoooo muy poco... esta crónica me trae recuerdos muy especiales. Y ese helado ¡qué bueno supo!...
    Un beso, guapísima... eres indispensable en estos encuentros.

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