jueves, 1 de marzo de 2012

Este jueves, un relato: "El apego a un objeto"




¿Mi objeto más preciado? Sin lugar a duda, mi coche. Nuestra relación dura ya cuatro años y medio y seguimos llevándonos igual de bien que al principio. Aunque eso sí, he de reconocer que le he dado algún disgusto que otro y ahora tiene unas cuantas “heridas de guerra” que me hacen recordar nuestros comienzos juntos. Pero vayamos a lo importante. 3 de septiembre de 2007, esa es la fecha en la que empezó nuestra amistad. Después de terminar la carrera y con el carné de conducir en la mano desde hacía unos meses, llegaba el momento de tener un vehículo con el que poder desplazarme libremente a cualquier lugar.
Antes de decidir el modelo había una cosa que tenía clarísima, el color no podía ser otro que rojo. ¿Cuál si no? Es mi favorito y de hecho tengo muchísimas cosas de ese color, os sorprendería saber cuantas. Al final me decidí por el Opel Corsa. Me pareció ideal para mí, pequeño y juvenil. Por supuesto, de cinco puertas, los de tres también  son bonitos pero desde mi punto de vista menos prácticos.
Son muchos los viajes que hemos hecho juntos durante todo este tiempo. Nos unen más de 50.000 kilómetros, un par de ruedas pinchadas y muchas anécdotas. Eso sí, gracias a Dios nunca me ha pasado nada, bueno, gracias a Dios y a la Virgen de los Remedios, la patrona de Jimena, de la cual llevo un banderín colgando del espejo retrovisor para que me proteja.
Cuando conduzco me gusta ir escuchando música animada con el volumen bastante alto, por lo que no me faltan varios archivadores repletos de CDs y MP3s, aunque al final acabo poniendo la radio y cambiando de emisora hasta encontrar las canciones que me gustan.
Con el paso del tiempo, mi coche se ha ido impregnando de mi personalidad. De hecho, quien me conoce y lo ve desde fuera puede llegar a saber que es mío por varios motivos. Tengo un banderín del Atlético de Madrid, una pegatina del toro de Osborne y mis iniciales, además de un pequeño muñeco de peluche del programa El Hormiguero. Dentro, a parte de los archivadores de CDs, conservo una pulsera que me regaló mi tía, una caja de chicles, las gafas de sol (que por cierto no utilizo casi nunca) y unas cuantas monedas por lo que pueda pasar. Ahh, y también una balleta para  limpiar el salpicadero de vez en cuando.
Gracias a él conseguí mi primer trabajo y empecé a soltarme al volante. Yo creo que el camino Jimena-Jaén, Jaén-Jimena se lo sabe de memoria y juntos podríamos hacerlo con los ojos cerrados, aunque también me ha llevado a otros muchos lugares, especialmente a pueblos cercanos a mío (Albanchez, Jódar, Bedmar, Úbeda, Baeza, Cambil…) Y es que tengo que admitir que lo más lejos que he ido con él ha sido a Granada, aunque tengo en mente llevarlo en alguna ocasión a Málaga (o más bien que me lleve él a mi) y en un futuro a Madrid. No me da miedo conducir, pero tengo un pequeño problema, el sentido de la orientación no está entre mis mayores virtudes, por lo que más de una vez he terminado perdiéndome, pero acompañada por alguien y preguntando ya se sabe lo que dicen, ¡se puede llegar hasta Roma si hace falta! Cualquier excusa es buena para conducir, pero… ¡podía dejar de subir el precio del gasoil, que nos vamos a arruinar!

Puedes conocer los objetos a los que tienen apego otros amigos jueveros en el blog de Sindel http://palabrasdesindel.blogspot.com/

16 comentarios:

  1. ¿Me das un paseito? rojo pasión no podia ser de otro color. Cuantas cosas podría contar si hablase jjajaja. Frescura a raudales Cristina.
    Un gran abrazo amiga.

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  2. Algunos objetos llegan a ser una prolongación de nosotros mismos. El coche tiene fama merecida de que eso es así. Llenándolo de detalles personales, confirmas que si, que el coche tiene mucho de nosotros.
    Un abrazo.

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  3. No tengo auto propio, pero sí comprendo que el hecho de haberlo podido comprar por mérito propio, además de orgullo, significa independencia, por lo que se comprende perfectamente el valor que le das.


    Un abrazo juevero.

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  4. En cosa personal a mi para nada me gustan los autos de hecho no niego que son importantes en alguna ocasión de emergencia como muchas veces me ha ocurrido aquí en casa, pero no les tengo mayor aprecio, vaya que hay personas que si...

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  5. El coche es la segunda casa de muchos, jejeje. A mi me sirve unicamente para llevarme a los lugares, pero me gusta conducir. A ti parece que te ha dado esa seguridad y esa libertad que muchas veces se asocia con tener un coche, y eso está muy bien. ¡Que te dure, y ojo con la carretera!

    Un abrazo

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  6. Cristina, dale gracias a tu coche rojo, siii, como el mío, te lleva a muchas partes, abre muchos paisajes a tus ojos. Llévalo a Madrid...a Barcelona, a...anímate.
    Tu coche es la caja de los objetos, banderines, pulsera, pegatinas, muñecos, chicles. Un baúl con cuatro ruedas, cuídalo amiga.
    Besitos.

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  7. cris, no creo que lo que tú tienes sea un coche...y mira que he visto la foto...pero al juntar la foto con el texto...leches, considero que con la cantidad de cosas que llevas dentro, más bien eso que dices que es un coche bien que podría ser una casa que tú llevas a cuestas o similares...jajaja
    gracias por el desparpajo demostrado en este texto..
    medio beso.

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  8. El coche es un buen compañero de fatigas, has escogido bien. A mi me pasa como a ti, no lo cojo para largos viajes, porque mi sentido de la orientación también es mas bien nulo. Alguna vez me he lanzado pero pocas. Eso de decorarlo a tu gusto está bien y le da personalidad a algo inanimado que de esta manera cobra algo de vida.
    Un abrazo

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  9. Entiendo que tu coche sea tu objeto preferido, es tan merecedor como cualquier otro. Yo tuve uno muy preferido, eran como mis pies, pero después me costó acostumbrarme a los demás de igual forma.

    Que lo disfrutes y te lleve a muchos sitios. Tú plantéate metas no muy largas y así poco a poco irás llegando lejos en el viaje que emprendas con él y por supuesto que acompañada mucho mejor.

    Un beso Cristina.

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  10. El rojo también es mi favorito!!! No tengo coche porque soy miedosa para conducir, lo intenté pero me hacía mucha mala sangre jajaja
    Me imagino que se debe generar apego, es casi como un segundo hogar pero transportable. Me encantó que lo tengas lleno de cosas que te hacen bien, como los cds y la pulsera que te dio tu hija. Me generó una imagen muy tierna.
    Te mando un abrazo, gracias por participar.

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  11. Te comprendo, el coche es a veces como otra casa, una casa pequeñita y móvil, como de caracol. Y jeje, no te preocupes, lo de la orientación es mal que comparto, pero me sigo perdiendo solo, no quiero GPS.
    Saludos.

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  12. Un coche precioso y juvenil, como tu relato. Fresco, tentador, llamativo, eso: juvenil. Me encantó lo de las heridas de guerra, y me alegró saber que estás bien protegida.

    Si un día ando por ahí, subiré a gusto, más que nada por lo que representa para tí. Me llevas?


    besos

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  13. jaja... que lindo... digamos que es un objeto cotidiano y preciado... a mí me pasa igual, sinceramente tengo muchas cosas para contar con el auto. Lo hice de hecho... en mi blog tengo una sección de "viajes" en las que cuento mis viajes con el Sandero De Renault. jeje.. hermoso relato! un beso!

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  14. Yo al coche le he ido cogiendo aprecio con el tiempo, solo tengo cinco años de carnet, así que imagínate... he mantenido con él un tira y afloja por el poder importante al final se lo he ganado pero lo he visto como el enemigo en el primer año, ehh?. Ahora que te leo si hubiera tenido con tu edad un coche me pasaría como a ti, eso es seguro...

    Besos

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  15. A mi el coche no me va mucho pero comprendo que es supernecesario y por lo que nos comentas a ti te ha venido de perillas. Me alegra ver la foto tuya con tu preciado objeto.
    Besos, Cristina

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  16. Hola Cristina:
    Pues qué mejor objeto que uno donde vives y pasas tantas cosas. Y si, coche rojo, de toda la vida!
    Yo que apenas me saqué el carné este año...ya del coche, ahi vamos viendo.
    Bonito relato

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