La tele ya no es lo que era. Antes, cuando solo había un canal, no quedaba más remedio que amoldarse a la programación que éste ofrecía. Ahora, en cambio, la oferta en teoría es mucho más amplia, y digo en teoría porque, a pesar de existir decenas de canales, hay veces en las que n o encuentras nada interesante que ver en ninguno de ellos.
Con el paso de los años, la parrilla televisiva ha pasado de primar los contenidos informativos a dar más valor a los de entretenimiento y diversión, cuando, en realidad, lo ideal sería un compendio de ambas tendencias. Y es que, ya lo decían mis profesores de la facultad, las funciones de la televisión son tres: informar, educar y entretener.
Los informativos mantienen su lugar en las principales franjas horarias del día, aunque también han variado sus contenidos o al menos eso parece, ya que da la sensación de que redundan especialmente en las noticias negativas. Además, las cadenas aprovechan estos espacios para hacer autopromoción (a lo que yo llamaría más bien autobombo) vamos, publicidad pura y dura. También se hace mucho hincapié en los deportes (léase fútbol) y en la información meteorológica). Y no quiero mencionar ninguna cadena en concreto, pero hay más de una y más de dos en las que la objetividad (principal característica que debe buscar el periodismo) brilla por su ausencia.
Pero no todo es negativo en lo que a espacios y programas informativos se refiere, y últimamente destacan y proliferan aquellos basados en reportajes de actualidad en los que el reportero juega un papel fundamental. A modo de ejemplo citaré unos cuantos como 75 minutos, Callejeros, Comando Actualidad y 21 días.
Los documentales de La 2 siguen estando ahí, a pesar de que todo el mundo dice que los ve y después nunca aparecen entre los programas más vistos del día, algo que resulta, cuanto menos, sospechoso.
También se mantienen las telenovelas y los concursos, estos últimos cada vez más demandados por la actual crisis económica. Y si no que se lo digan a los de Atrapa un millón, que no dejan de recibir solicitudes de personas con ganas de probar suerte como concursantes. Un clásico de este campo es Saber y Ganar, al que se unen otros como La Ruleta de la Suerte, Ahora caigo y Pasapalabra. Eso si, algunos ya se basan más en el factor suerte que en los conocimientos culturales, como el surgido recientemente y que lleva por nombre Lo sabe no lo sabe. Aunque para concursos, yo me quedo con los de antes, entre ellos el mítico Un, dos, tres, El precio justo y El juego de la oca, que lograban reunir a familias enteras frente al televisor pendientes del premio que se llevarían finalmente los concursantes.
En la década de los 90, Gran Hermano abrió la puerta de los reality show. La primera edición fue todo un boom televisivo en lo que a espectadores se refiere y, de hecho, el programa ha superado ya la docena de ediciones. Junto a él hay que destacar Operación Triunfo. ¿Quién no se acuerda de Rosa de España, Bisbal, Chenoa y Bustamante? Después se han ido sucediendo muchos programas de este tipo, entre ellos Supervivientes, El Bus, Fama a bailar y el Curso del 63. No cabe duda de que este formato tiene algo que engancha al telespectador y de ahí su uso repetitivo y reiterado en multitud de ocasiones.
Lo que nunca falla es el cine, especialmente los sábados y domingos por la tarde, y las series, tanto nacionales como extranjeras, sin olvidar las retrasmisiones deportivas, sobre todo los grandes partidos de fútbol, que son los que más audiencia generan. ¿Quién no vio, por ejemplo, la final del Mundial? Por no hablar de los clásicos entre Real Madrid y Barcelona que suscitan el interés de una amplia parte de la población.
Los tiempos cambian, y con ellos también lo hace la televisión tratando de adaptarse a la demanda de la población. De lo que se trata es de ir eliminando poco a poco de la parrilla la denominada “telebasura, esos programas vacios de contenido cultural que se basan en la vida privada de la gente cuestionando sus decisiones personales y violando, en muchas ocasiones, los derechos al honor y la intimidad, ya que hay ciertos límites que no se deben rebasar nunca y no todo vale para entretener al espectador.
Más historias y relatos sobre la televisión en seis minutos en casa de ... Juliano el Apostata
Por el contrario, por aquí abunda la programación basura, al menos entre los programas de producción propia. Hay excepciones, claro, pero la mayoría...mmmmmm ni hablar!...por eso me quedo con las series yankies de humor. El el formato sitcom son -lejos- los mejores.
ResponderEliminarUn abrazo
Has hecho un recorrido perfecto sobre la programación de los canales, la verdad es que no veo casi nada, informativos y mejor no verlos y el tiempo y a veces se equivocan.
ResponderEliminarMuy buen repaso de lo que da la tv, excelente, pero no te olvides de la 6 notícias, de la 2 cine, "el intermedio", de "Salvados"...algo se salva, estoy enganchada a los documentales de bichos de la 2, sí señora, soy del 1% contable en parrilla, también de "saber y ganar" los findes, de alguna serie histórica en la 4 "Un mundo sin fin" o "Isabel" en la 1, pas mal, a la basura mejor no citarla que huele mal de lejos, cansa vista y cerebro.
ResponderEliminarBesito.
Aunque no sea de muy buena educación y sin ánimo de dar bola a mi blog, que está en barbecho, te envío este enlace. No sé si te gustará o no, pero al menos el diseño... supongo que sí.
ResponderEliminarhttp://sobremorir.blogspot.com.es/2011/10/malas-noticias.html
Un saludo.
Casi paso de largo, Cristina.
ResponderEliminarEvidentemente, no sé si afortunadamente, la tele no es lo que era. Antes teníamos un canal, dos a lo sumo, pero ahora andamos desbordados y hasta aburridos muchas veces.
Me pregunto si a los niños de hoy, no les seguirá pareciendo maravillosa, tal vez seamos nosotros, que evocamos una época siempre feliz como la infancia.
Un beso desde la ventana
Te iba a comentar que algo se salva a pesar de todo, pero me remito al comentario de Natalia, ya que parece que vamos de la mano en cuanto a programas que nos dicen algo. Incluiría en esa enumeración, AL ROJO VIVO de la 6.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
Pues llevas razón, las noticias te dejan siempre mal cuerpo y el ocio, pues que decirte, que pocas se salvan. Me ha agradado que comparto programación con algunos jueveros... aunque hay algún espacio literario en canal sur que está bien y otro de arte en la 2 (por añadir algo más y sumarme al 1%)
ResponderEliminarBesos
Has dado un recorrido bastante amplio y preciso. Sin dudas algunas de las programaciones y fenómenos aquí también abundan. No soy muy adicta a la tele, mas, si fuera por mi no la prendo. Aunque no puedo dejar de escuchar los noticieros que bastante mal te informan últimamente, sobre todo si de política se trata. Y coincido con Neo, bastante basura tenemos en nuestras programaciones.
ResponderEliminarUn abrazo!
Efectivamente hay mucha basura entre las toneladas de canales y programas que existen y que muchos de ellos citas. También esos grandes programas que marcaron una época. Si me apuras de ellos únicamente salvaría el Un, dos, tres..., seguramente porque la nostalgia suele ser positiva y ese programa es lo que más trae, evocación de un tiempo ya pasado hace mucho.
ResponderEliminarYo lo he dicho en algún otro comentario, me quedo con alguna serie y películas, que generalmente descargo de internet, justamente para evitar esos seis minutos, y por supuesto noticias y las tertulias, la que comenta Pepe, Al rojo vivo, se lleva el gato al agua desde mi punto de vista. Y el Intermedio, geniales.
Un abrazo
Buen recorrido Cris a esta televisión que nos acompaña, la verdad que hay programas insufribles, si los ves aunque sean solo seis minutos te idiotizan, menos mal que hay otros que nos salvan, me remito a los citados por Natalia y Juan Carlos.
ResponderEliminarUn beso.
¡Ea, si señora, haciendo gala de sus dotes periodisticas, nos deja un buen articulo informativo!
ResponderEliminarCierto que con tantos canales se pierde mas tiempo que ná haciendo zaping.
Echo de menos algo de teatro ¿con quien tendria yo que hablar?
Un besote
Un buen reporter del asunto televisivo.
ResponderEliminarAlguna recomendación especial para este sábado lluvioso?
un fuerte abrazo.
yo diría, cris, que la tele avanza a pasos agigantados hacia la mierda, sí, así de duro...considero que mientras el factor no-respeto siga funcionando, malo malo...
ResponderEliminarno te digo nada de los informativos. de informar, nada de nada. son, por definición,partidistas. y eso significa que son malos. sabes una cosa que me llama la atención en cuanto a informativos se refiere? la cadena pública¡¡ creo que se ha mantenido plural...¡ y eso en los tiempos que corren!
en fin, que...ah, podrías decirme si tú ves tele o si tú te haces la tele¿? es decir, utilizas el ordenador a modo de tele, es decir, escoges acá los programas que deseas ver?
medio beso.
Explotan lo fácil, a menudo, y así las neuronas se van suicidando de asco y aburrimiento.
ResponderEliminarBuen trabajo, Cristina.
Saludos!
No la veo demasiado, esa es la verdad. Pero quisiera romper una lanza por las buenas cosas, y de calidad, que a veces sí te encuentras. Si bien lo miramos, es una ventana que, bien utilizada, nos puede proporcionar momentos de lo más gratificantes.
ResponderEliminarUn beso
Triste parrilla televisiva Cristina, quizá por eso yo veo tan poco por no decir que no la veo nada. Creo que la programación de antes era más educativa, no sé nena pero, a mi me gustaba la bola de cristal, que será más o menos de tu generación. Pero sobre gustos...
ResponderEliminarUn abrazo, guapa.
Aquí también ha cambiado la programación, lamentablemente para peor, está lleno de programas de chismes, o de debates que no llevan a ningún lado ya que su nivel deja mucho que desear.
ResponderEliminarSe perdió el sentido cultural y de entretenimiento.
Un besote.
Creo que la televisión la usamos más como cine que como entretenimiento completo. Podrían tomar nota las cadenas de lo que realmente nos interesa. Un beso.
ResponderEliminarBuen repaso a lo que es la parrilla de TV y a lo que debería ser ese medio. Y me reafirmo, creo que habría que cerrar alguna cadena que no informa, no educa y ¿entretiene?
ResponderEliminarA mi no, me enerva.
Besos, Cristina.