Su mente, nublada desde hace tiempo, se negaba a recordar siempre en los momentos más inoportunos, cómo éste. Anochecía y el frío le calaba tan hondo, que le impedía moverse. Se mantuvo acurrucada en el suelo, con los brazos rodeando las rodillas. Una lágrima resbaló por su cara cuando se dio cuenta de que tendría que pasar allí la noche. Miró a su alrededor, tratando de buscar algún punto de referencia que la guiara hasta su casa, pero le resultó imposible. Tan solo divisaba árboles y vegetación. Era como si el bosque la hubiera engullido y no quisiera devolverla a la ciudad.
El sueño no tardó en llegar. Tumbada en posición fetal, trató de dormirse sin éxito. El ruido del viento moviendo de un lado a otro las hojas secas, y las cosquillas de algunos insectos, se lo impedía. Supo que la noche iba a ser larga.
Invirtió el tiempo en pensar, tratando de recordar cómo se las había apañado para llegar hasta aquel sitio. Lo último que su malherida mente lograba descifrar, es que esa tarde iba a la peluquería, pero nada más. Maldijo su falta de memoria y lloró hasta que sintió que sus ojos no podían segregar más lágrimas.
El frío cada vez era más intenso, sentía la escarcha bajo su cuerpo, la ropa es había impregnado de humedad y tiritaba. ¿Quién la iba a rescatar de aquella pesadilla que estaba viviendo?
Despertó en una habitación de hospital, rodeada de tubos por todos lados y observada por los ojos de un médico y varias enfermeras. ¿Qué hacía allí? ¿Qué le había pasado? Una vez más, intentó recordar. Aquella tarde iba a la peluquería…
Más historias sobre el frío en el blog de Dorotea
¡Qué traicionera nos es a veces la mente que se empeña una y otra vez en hacer que nos perdamos más y más... y cuando despertamos, seguimos igual de perdidos!
ResponderEliminarInquietante este relato, Cristina, pero muy vivo.
Una pesadilla tanto si estaba despierta como si fue un sueño. Al igual que tú me has comentado, has narrado tan bien la escena que he tenido frío y miedo.
ResponderEliminarUn beso.
Una pesadilla tanto si estaba despierta como si fue un sueño. Al igual que tú me has comentado, has narrado tan bien la escena que he tenido frío y miedo.
ResponderEliminarUn beso.
Una gran tristeza perder la razón y no acordarse de lo más cercano que te ha ocurrido. Muy bien descrita esa angustia.
ResponderEliminarUn abrazo
Yo que voy poco a la peluquería, me parece que a partir de ahora, iré menos todavía por ese flash de la protagonista que regresa una y otra vez a los pensamientos de tu protagonista. Un abrazo.
ResponderEliminarPerdida, sola, asuatada y totalmente desorientada, frente a un enemigo difícil de vencer. Muy bien descrito tu relato.
ResponderEliminarUn saludo.
Con qué cruda intensidad nos has logrado meter en la desorientación de ese personaje! Buen relato.
ResponderEliminarUn abrazo
Ese final me ha entristecido.
ResponderEliminarUn relato de pesadilla con un final triste. Puede que despertara de un coma, y quizás eso no estaba tan mal.
ResponderEliminarBuen relato.
Un abrazo
Me gustó pese a la tristeza... y me has hecho recordar una canción, que si bien fue escrita para un público infantil, tiene un profundo significado. Te la dejo, el video está hecho con imágenes de una película argentina muy dura, de un período muy duro... pero bueno... https://www.youtube.com/watch?v=srKxSIqLV_k
ResponderEliminarUn beso.
Frío en el cuerpo y frío en la mente....el que te deja la imposibilidad de recordar cómo has llegado a un sitio. Me has creado angustia, qué terrible tiene que ser.
ResponderEliminarUn placer volver a leerte Cristina!
Un beso
Da la sensación de que pasó algo traumatico, demasiado para recordar.
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