Abrázame
hoy, ahora, en este preciso instante. No lo dejes para después. No pienses en
un mañana que nadie puede garantizar. El tiempo pasa, los segundos se escapan
sin que podamos atraparlos. Y no vuelven. Puedo prometerte que estaré siempre
aquí, junto a ti, hasta que la calma cese y llegue la tempestad, hasta que la
tempestad se detenga y regrese la quietud.
¿Has
visto esa estrella fugaz? ¿La que acaba de pasar por delante de nuestros
inquietos ojos? No me ha dado tiempo a pedirle un deseo, aunque espero que haya
sabido captar lo que anhelo. Mientras observaba su estela, he podido comprobar
que no estamos solos, que alguien nos vigila. Las estrellas comienzan a
despertar y sé que hay algo que se oculta bajo su preciosa luz.
Abrázame
hoy y no digas nada, deja que los astros descansen, no sabemos qué pasará
cuando todos se decidan a despertar a la vez de este largo e incierto letargo…
Te abrazo fuerte, muy fuerte diciendote me ha encantado tu blog.
ResponderEliminarUn beso