Hoy quiero aprovechar este espacio para hacerle un pequeño homenaje a mi perra, Blanquita, que murió el pasado sábado 9 de junio y la echo mucho de menos. Y es que, desde que llegó a mi casa, hace más de catorce años, siempre ha estado con nosotros.
Era muy buena y cariñosa. Le encantaba asomarse a la ventana y dar paseos por el campo. Recuerdo cuando nos la dieron, tan pequeña y tan blanquita (de ahí su nombre) y con un pequeño lunar negro en el hocico. Fue curioso ver cómo iba cambiando físicamente con el paso del tiempo, ya que al no ser de ninguna raza en concreto, sino un cruce, no sabíamos cuál sería finalmente su aspecto. El resultado fue una perra preciosa de pelo blanco y ensortijado y, curiosamente, sorda de nacimiento, algo de lo que no tardamos en darnos cuenta.
Blanquita se convirtió en un miembro más de la familia. Me quedo con la alegría con la que nos recibía cuando volvíamos de algún viaje o al llegar a casa después de pasar el día fuera y también con su imagen durmiendo en la cesta o paseando por el patio y por la casa.
Nosotros no habíamos tenido antes un perro como mascota, por lo que nunca pensé que se le pudiera llegar a coger tanto cariño a un animal. Ahora que Blanquita no está, se nota mucho su ausencia, especialmente en los pequeños detalles de la vida cotidiana. Se hace raro no verla andando por el pasillo, durmiendo, o escucharla pedir con insistencia que la sacáramos de la cocina cuando la dejábamos allí mientras comíamos y cenábamos. Incluso se echan en falta sus ladridos, porque era sorda, sí, pero doy fe de que muda no.
Sé que no nos vamos a olvidar de ella tan fácilmente y que siempre nos quedarán los recuerdos y fotos como estas que os dejo aquí para que las veáis y que aquellos que no la conocisteis podáis poner cara a Blanquita. Descanse en Paz.
Querida Cris, siento mucho tu pérdida... He tenido mascotas varias a lo largo de mi vida, un pájaro, una lorita, dos peces y una rana. Lloré a cada uno de ellos cuando me dejaron. Nunca había tenido un perrito, hasta que este año, le regalaron un cachorrito a mi hija. Me cambió la vida su compañía, lo tengo aquí acurrucado y juntos miramos a Blanquita, que bastante se le parece, e imagino tu tristeza, porque ciertamente pasan a ser un integrante de la familia. Esté donde esté, vaya este beso al vuelo en nombre de Lucky y mío, y un abrazo más que cariñoso para tí, que has homenajeado desde tu tristeza, pero también desde tu amor, a esta lindura de perrita.
ResponderEliminarCariños: Gaby*
Hola Cris, qué pena! yo he pasado por eso dos veces y hemos llorado muchoooo, pero piensa que Blanquita tuvo una larga feliz vida junto a vosotros y que le distéis mucho cariño que es lo que más necesitan, como tod@s.
ResponderEliminarUn beso y segurito que Blanquita está descansando feliz en algún sitio bonito y rodeada de perros guapos, jajaja
Yo tengo un perro igual a Blanquita, sin raza determinada, igual, blanco y alguna mancha negra a modo de churrete... y asi se llama "Churrete"
ResponderEliminarLos que no tienen perro, nunca llegaran a entender que sean uno mas en la familia. Imagino como lo estas pasando con su ausencia.
Un beso
Por ese motivo hace muchos años que no tengo mascotas. La muerte de lo que me rodea es algo superior a mis fuerzas emotivas.
ResponderEliminarUn beso para ti y una galleta para ella, allá por el lugar en el que corretee ahora.
Entiendo tu dolor aunque nunca he tenido mascota. Un matrimonio amigo nuestro tienen una perra, Linda, a la que dediqué una entrada hace algún tiempo. Viendo el cariño infinito que le profesan, puedo entender perfectamente el dolor de su ausencia.
ResponderEliminarSeguro que desde el limbo de los perros, si es que existe, hay algún agujerillo por donde se asoma a veros.
Un abrazo.
La pena de la perdida nunca lograra tapar las alegrias y satisfacciones que seguro te ha dado en todos estos años. A los que amamos a los perros algunos nos tildan de locos no pudiendo entender esa relacion tan especial que se llega a tener con ellos, pero solo es porque no tienen la fortuna de experimentarlo.
ResponderEliminarUn beso