2000. Quería casarse con Ana, pero necesitaba un buen trabajo con el que ganar bastante dinero para ofrecerle la vida que merecía. Ser propietario de una gran empresa que prosperara en poco tiempo le valía y así se lo hizo saber al diablo en un pacto firmado con él.
En menos de un año la sociedad contaba con una enorme expansión, su nombre sonaba con fuerza en el panorama empresarial y su mujer disfrutaba de una vida repleta de lujos. Todo era perfecto.
2012. El éxito se tornó en angustia. La empresa parecía tocar fondo y se dio cuenta de que el trato no era lo suficientemente completo. ¡No incluía ninguna clausula sobre una posible crisis del ladrillo y él se había decantado por la construcción!
Más historias sobre pactos con el diablo en casa del amigo Gustavo, que esta semana se encuentra un poco diabólico...
Y vete tú ahora a buscar al diablo para reclamar,...
ResponderEliminarPero disfrutó de unos años muy buenos... y habría que saber la duración del contrato igual no quedó claro.
Un beso
Lo que dice Teresa, hay pactos que son hasta "fin de obra", jaja. Desgraciadamente fueron muchos los que vendieron su alma al ladrillo y ahora se encuentran totalmente vacios. Otros muchos nos están vaciando los bolsillos a nosotros por una enloquecida gestion.
ResponderEliminarUn abrazo
Muy bueno Cris, si es que en todo contrato hay que leer hasta la letra pequeña, tanto,tanto para al final nada. Diria yo que en este saco hay muchos más de los que imaginamos.
ResponderEliminarUn abrazo.
jajjaja es que a la hora de pactar con el diablo, no hay manera de redactar el contrato de tal manera que nos libre de todos los eventuales imprevistos!
ResponderEliminarMuy bueno!
=)
Abrazos!
Si habrá que estar atentos a la redacción del contrato sin saltearse ningún punto (u olvidárselo!!!) puede llevar a irremediables consecuencias! Y bueno, así son los negocios, hasta con el diablo (y más con él) hay que tener cuidado!
ResponderEliminarUn besito al vuelo!
Gaby*
El pacto se ha de hacer completo, porqué sinó pasa lo que pasa, viene la crisis y algunos se lavan las manos.
ResponderEliminarUn abrazo
Anda que... no se leyó la letra pequeña o se confió demasiado con el señor "maligno", pues a la cola que esta semana tiene trabajo, dicen que anda recogiendo almas por los relatos de los jueveros...
ResponderEliminarHay muchos confiados y tentados por los tiempos de bonanzas que lo están pasando mal, me gusta el matiz de realidad que le has dado
Besos
El diablo sabría lo que iba a pasar que para eso está detrás de todos los males y no le advirtió...porque por eso es el mismísimo demonio. Ahora tendrá que volver a pactar si quiere seguir adelante...y así, de esa forma nos tienen a todos cogidos...hay tanto Lucifer buscando incautos!
ResponderEliminarUn beso.
No fue el diablo, hay que axaminarse a uno mismo y no cargar las culpas al sufrido diablo, fue la ambición desmedida, la que pasa factura, y luego ese globo se había hecho tan grande que explotó, sobretodo en las caras y las vidas de los albañiles. Besito cariñoso.
ResponderEliminarPues no hay reclamación posible. Cuando se firma algo hay que tener en cuenta un sin fin de posibilidades y el hombre no pensó en los imprevistos que podían pasar con el tiempo.
ResponderEliminarSi es que hay que andarse con mil ojos antes de firmar nada, sobre todo si es un contrato que no se puede rescindir.
Un beso
Mar
Tal como dice Natali, hay que repasarse y encontrar donde y en que fallamos, claro que es mas comodo echarle la culpa al diablo o a la engañosa letra pequeña que no vemos sin gafas.
ResponderEliminarUn beso
Ja, anda que has escrito un relato de actualidad ... que penaver a tantos que solo vieron el éxito sin pensar que no duraría eternamente o, como dices, que había letra pequeña.
ResponderEliminarBesos.
no vas a ser la primera, pero ello es indicativo que hay,a mi modo de ver, buenos compañeros escribidores...no vas a ser la primera que reciba el alago de mi parte...y es que este micro que te has marcado está preñado por la palabra ingenio y por la palabra ironía. y si eso es poco decir, que venga el diablo y me lo diga a la cara...ah, también destaco aquello que se llama moraleja, que según yo, la hay.
ResponderEliminarmedio beso, cristina.
Contratos con letras demasiado pequeñas. Por desgracia hay muchos contratos de esos todavia rulando por esta sociedad.
ResponderEliminarAmbicion en cualquiera de sus formas
un abrazo
Mmm parece que nuestro amigo no leyó la letra chica. Y bueno al menos unos años de felicidad pudo disfrutar.
ResponderEliminarUn abrazo.
La crisis del ladrillo, esa que no figuraba en las cláusulas del infernal contrato, le exploto en la cara como a tantos otros, pero los más perjudicados no hicieron pacto alguno con ningún diablo, sólamente trabajaron honradamente para mantener sus casas. La avaricia de unos pocos ha acarreado la tragedia a millones de hogares. Esos son los verdaderos damnificados.
ResponderEliminarUn abrazo.
¿Nos vemos pronto?.
Llegó la polémica... Nada es perfecto y cada cual debe vivir arreglo a sus posibilidades, si la moza lo quería rico ¡a buscarse otra! :))))
ResponderEliminarBesito y cafelito.