Me perdí en la noche.
Me dejé llevar.
Supe que de tu lado,
nada me iba a separar.
Me acuné en tu pecho.
Me arropé en tus brazos.
Poco a poco uní,
mi corazón hecho pedazos.
Pasó el tiempo.
Cesó la locura.
Siempre estuvo junto a mí
tu enorme dulzura.
Hoy te marchas,
sin decir adiós.
Dejando de nuevo herido
mi pobre corazón.
Y me vuelvo a perder.
La noche quiero abrazar.
Solo necesito una botella,
que me ayude a olvidar.
Las penas ahogo,
en un vaso de tubo.
Pensando qué será de mí
en un incierto futuro.
Es absurdo creer,
que el alcohol terminará
con esta pena tan honda
y difícil de borrar.
Me sigo perdiendo,
Una y otra vez.
Quizás mañana la suerte
vuelva a reaparecer.
Puedes leer más aportes a est onvocatoria en el blog de Cecy
Muy bien lo has narrado, versado y redondo!
ResponderEliminar=)
Hermoso y romántico poema. Sin duda alguna, siempre hay un mañana. Fue un placer leer tu aporte juevero.
ResponderEliminarSaludos
la tristezas del corazón que en muchos casos lleva a la perdición.
ResponderEliminartriste corazón, ojala encuentre una nueva razón.
Gracias Cris por acompañarme.
Un abrazo :)
Es más sano ahogar las penas en un enoooooooooorme helado de chocolate. :))
ResponderEliminarUn beso, compañera.
El alcohol no es buen consejero.
ResponderEliminarHermosos versos, de vez en cuando unas copitas no hacen dadño jaja. Saluditos
ResponderEliminarEl alcohol nunca es la solución. Es mejor mirarse al espejo, "pintarse el ojo" y salir a la vida con ganas de otro nuevo amor.
ResponderEliminarUn abrazo.
me perdí entre los alcoholes en mis tiempos por mujeres que se me fueron...¿sabes el resultado?
ResponderEliminarme dolía todo el cuerpo al día siguiente¡¡¡ jajajajaj...
medio beso...
El amor y el desamor, amigos de la noche, como has expresado muy bien en estos bonitos versos.
ResponderEliminarUn abrazo
Una historia hecha poema, el amor, la pérdida, el refugio en la bebida. Pero al final creo vislumbrar una esperanza.
ResponderEliminarUn beso.
Duda, desamor y melancolía...la sal y la pimienta de la vida, Cristina.
ResponderEliminar¿No dicen que la mancha de mora con otra mora se quita?
Me ha encantado leerte.
Hay pérdidas que más se sufren cuando la noche nos abraza... entonces no queda otra que abrazarse a ella.
ResponderEliminarUn poema doliente, trago aparte, donde la ausencia es casi una condena.
Besos!
Gaby*
Lamento de enamorado, amor, desamor, pérdidas, desesperanza... Nos trajiste un gran abanico. Un beso
ResponderEliminarEl alcohol, Cristina, no es la solución. Como alguien ha sugerido, mirarse al espejo, reconocerse, acicalarse y volver a empezar, es la mejor manera. Fácil de decir y posible de realizar.
ResponderEliminarUn abrazo.
Bueno, el alcohol no es un buen remedio, parece que ayuda a olvidar en un principio pero después el recuerdo se hace más amargo.
ResponderEliminarUn beso
Triste poema de un tránsito mil veces repetido. Cada cual lo supera de la mejor forma posible. Solo puedo desearte esa felicidad a la que todos tenemos derecho y que no pierdas la esperanza, ni tu amor propio.
ResponderEliminarUn abrazo.
Una noche versada, llena de estímulos a pesar del recorrido. Al final siempre amanece.
ResponderEliminarBesos
Una caída en espiral... muy poéticamente descripta.
ResponderEliminarbesos chica sonrisa (muchas veces me acuerdo de tu risa contagiosa)
¡Qué hermosa poesía! Me ha llegado al alma Cristina
ResponderEliminarSaludos