jueves, 5 de febrero de 2015

Este jueves, un relato: "Compartiendo el final"



Todo estaba listo. Tras meses de preparativos, Laura se disponía a dar el si quiero a Alejandro. Llevaban juntos quince años y se conocían a la perfección (o al menos eso creían) La relación siempre había ido bien. Pocas discusiones, muchos detalles y un amor que amigos y familiares notaban con solo mirarlos a los ojos. 

La peluquera retocaba el moño, añadiéndole algunas horquillas más. Laura estaba preciosa, pero su mirada no brillaba como en otras ocasiones, aunque nadie parecía percatarse de ello, pues andaban demasiado ocupados con los últimos detalles del enlace. Quedaban pocos minutos para el momento que cambiaría su vida y las dudas asaltaban a la joven. 

Bajó las escaleras de su casa en silencio, distraída, sin tener en cuenta ni al fotógrafo, ni a las damas de honor, ni tan siquiera el cuidado de no pisarse el vestido. Los segundos parecían estirarse cual chicle en manos de un niño. 

Al salir a calle, donde la esperaban sus vecinas ávidas de cotilleo, tuvo claro que aquella no era la vida que quería. Y corrió, corrió con todas sus fuerzas, sin importarle los tacones que llevaba, bajo la mirada estupefacta de los allí presentes.

Cuando conoció la noticia, Alejandro sintió que sus sueños se desvanecían. No imaginaba pasar el resto de sus días lejos de Laura. Pensaba que nunca lo superaría. Pero no le quedaba otra. O cambiaba el chip o la tristeza acabaría consumiéndolo. 

Poco a poco, consiguió rehacer su vida. Cada vez salía más, se había refugiado en el deporte y en sus amigos y no le iba nada mal. Dejó, incluso, de pensar en ella. Justo cuando mejor estaba, siete meses después de aquél día imborrable, recibió un telegrama que lo removió todo: "Alejandro, vivo en Holanda, trabajo en un local donde exponen sus obras todo tipo de artistas noveles. Estoy aprendiendo mucho y soy feliz”.

Más historias distintas pero con el mismo final en el blog de Lucía





11 comentarios:

  1. Laura hizo lo que quería, pero Alejandro tendrá que aprender a vivir sin ella.
    Y el mensaje no ayuda.

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  2. Creo que los dos salieron ganando.

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  3. Hemos coincidido un poco con el planteamiento. las dos hemos hecho dos historias parten de un mismo acontecimento. Curioso,¿No?.
    Lo has expuesto muy bién,amiga. Un fuerte abrazo.

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  4. Esta bién tomar las decisiones antes de dejar que la infelicidad invada la vida de la nueva pareja.
    Seguro que a la larga Alejandro se dará cuenta de que fué lo mejor, aunque se le revolvieran todos los demonios al leer el mensaje.
    Gracias por el esfuerzo de acompañarme preciosa. En mi blog tienes un mimo con tu nombre que me encantará lo tengas.
    Besos, ahora por dos jajajjaja Mi enhorabuena tesoro .

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  5. Es muy duro superar algo así; pero peor hubiera sido casarse con una persona, sin que ella lo tuviera claro.
    Un abrazo

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  6. Ese miedo en el momento cero, la salvó, los salvó. Muy agil Cristina.
    Besos.

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  7. Lo valiente es salir corriendo en ese momento.
    Un beso.

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  8. Esta historia merecería la pena que la prolongaras, porque entramos en la mente de ella, luego en la de él. Una faena ese telegrama, pobre chico.
    Me encantó esta frase: Los segundos parecían estirarse cual chicle en manos de un niño.
    Besos.

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  9. Muy elaborado y consecuente con el tema propuesto.
    Esa novia a la fuga, indirectamente también le regaló una nueva vida a Alejandro.
    Besos

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  10. Admiro la valentía de ella de echarse atrás en el último momento si no estaba realmente convencida, pero por otro lado me da pena Alejandro y no sé si por parte de ella fue buena idea lo del telegrama que volvió a remover sentimientos que estaban aquietandose....
    Muy buen relato!

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  11. Has descrito minuciosamente ese mar de dudas que en el último instante removió sus esquemas. Creo que fué una decisión valiente que no todo el mundo es capaz de adoptar. Muchas personas optan por no tomarla y luego se arrepienten cuando ya el daño es mucho mayor.
    Un fuerte abrazo

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