Su vida lleva implícita la palabra esfuerzo. Nadie le regaló nada y, aún así, había logrado llegar a lo más alto.
Desde que nació, tuvo que luchar contra las adversidades en un mundo en el que impera la crueldad. Siempre murmullos a su paso. Pocas veces una palmadita en el hombro, salvo de sus familiares y amigos más íntimos.
Sacar adelante una carrera, a priori, está al alcance del todo el mundo. Con estudio y constancia, es posible aprobar hasta la más difícil de las asignaturas. El problema llega cuando se cuenta con una desventaja, un escollo que te acompaña desde el nacimiento y con el que has de saber convivir.
El rector de la Universidad pronunció su nombre. El salón de actos se puso en pie para dedicarle una sentida ovación. La licenciatura en Derecho ya era suya. Nada ni nadie, ni siquiera su parálisis cerebral, habían logrado detener su sueño: concluir sus estudios universitarios para satisfacción de sus orgullosos padres.
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Desde luego que eso debió de ser un momento muy especial, como dices tú, con esfuerzo y dedicación no hay barreres que valgan.
ResponderEliminarUn abrazo
La voluntad, algo que en los comics de Linterna Verde, consideran la fuerza más poderosa del universo.
ResponderEliminarUn momento que marca en lo más hondo, sobre todo cuando el esfuerzo por alcanzar la meta soñada ha sido grande!
ResponderEliminar=)
Sin duda un momento especial para la humanidad. El esfuerzo tuvo su merecida recompensa. Me ha gustado tu texto de superación personal que seguramente sea un reflejo de tu propia perseverancia.
ResponderEliminarUn besote
Pues si, un pedazo de momento, demostrar ante tus seres queridos que eres alguien, que vales, que la vida te la ha jugado, pero que tu luchas con creces.
ResponderEliminarUn relato o una realidad llena de fuerza y constancia. Un beso.
Momento especial, momento que no es sino la culminación de unos años previos de un esfuerzo tremendo, de una voluntad, constancia y perseverancia a prueba de bombas.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
De sus orgullosos padres y suyos también, ¿no?
ResponderEliminarUn beso.
Tuve un compañero ciego, no supe de él desde 3º pero imagino que terminó la carrera de Derecho. Tenía mucho mérito, pero no es nada ese hándicap comparado con el del protagonista de tu relato.
ResponderEliminarBesos, amiga.
La grandeza de los hombres se mide ante las dificultades, el lo logró. Momentazo Cris.
ResponderEliminarUn abrazo azafranero.