jueves, 12 de abril de 2012

Este jueves un relato: "Colombia"



Cuando Wendy  propuso el tema sobre el que debíamos escribir este jueves pensé “¡pero si yo no conozco Colombia! ¿qué voy a escribir de ese país?” Entonces me acordé de uno de sus productos estrella, el café, y aunque sea irme un poco por las ramas, decidí hacer un relato o un texto sobre él, así que, a ver qué sale.
En mi familia nos gusta mucho el café especialmente a mi padre y a mi hermana, que no pueden prescindir de él después de comer. A mi también me gusta bastante, aunque solo lo tomo de vez en cuando, sobre todo cuando quedo con amigos, en ocasiones especiales y en nuestro “Café de Palabras”, claro está. Es un producto que presenta multitud de variedades y eso me encanta. Mis preferidos son el bombón para el invierno y el solo con hielo para el verano, sin olvidar el con leche, que sirve para cualquier situación.
Cuando mis padres celebraron las Bodas de Plata, una tía nuestra de Madrid les hizo uno de los regalos que yo creo que más hemos usado en casa desde entonces, una cafetera como las que hay en los bares pero un poco más pequeña, con capacidad para un par de tazas. El café que se hace en ella sale riquísimo, ya que se muele directamente. Cada vez que nos reunimos la familia entera en casa para comer, todos esperan expectantes el delicioso café que viene después del postre, al que mi hermana da su toque personal. A veces, yo misma le ayudo a prepararlo. Le ponemos un poco de espuma de leche y algo de canela y listo para tomar. Ahora bien, normalmente, todos los días lo hago yo y se lo sirvo a mi padre y a mi hermana en una bonita bandeja, acompañado por un bombón, una galleta o cualquier otra cosilla dulce que se me ocurra.
Además, el café es un producto que va más allá del sentido puramente alimentario y que guarda muchas connotaciones. Me explico. Al pensar en él, te puede venir a la mente el de las mañanas en el desayuno o el de después de comer que acabo de comentar; cuando quedas para tomar café, que bien puede ser con amigos, con una persona especial, con alguien con quien quieres hacer negocios…; también asociamos el café a la época de estudiante, cuando tomabas más de un o y más de dos para espabilarte y tratar de aguantar el mayor tiempo posible despierto y concentrado delante de los apuntes. Por todo ello y mucho más, y en honor a nuestra compi Wendy y su convocatoria juevera sobre Colombia… creo que voy a tomarme un cafelillo a vuestra salud.
Para conocer cosas sobre Colombia, visitar la casa de Wendy

13 comentarios:

  1. Cristina, tienes razón, tantísimas cosas otorga el café, cada día, aromático, negro o tintado de blanco, gota o chorrito. Sensaciones del café, mejor si es de Colombia.
    Todos y todas podríamos, como tú, escribir memorias del café.
    Besito con regusto a Colombia puro.

    ResponderEliminar
  2. Pues a mi ponme uno con un poquito de leche y un poquito de azucar, no espera que ese con espumita y canela me va a gustar más o el bombón,ummmm no se no me decido todas sus variantes me gusta. Creo que el de espumita, por ese me decido pero será de Colombia ¿verdad?
    Un besito con aroma a café.

    ResponderEliminar
  3. En mi caso, el café es casi imprescindible. Todas las tardes y en los desayunos del fin de semana se hace presente, siempre bien acompañado con su aromático encanto y mágico sabor.
    Ingeniosa manera de homenajear a este país de exuberancias y naturaleza en esplendor!

    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  4. A mi personalmente me gusta el café pero no puedo tomarlo a no ser descafeinado, entonces sí lo tomo. Y el olor del café me encanta, como el olor del tabaco rubio, y tampoco fumo, jeje.
    Ponme un cafelito con espumita, así lo sirven en Alemania, pero en un super tazón:)

    Un abrazo

    ResponderEliminar
  5. Ay, Cristina, qué no doy yo por el café de mis mañana, ese que me hace entrar en mi labor diaria de administrar justicia...es lo valioso de todo...
    Abrazos y café

    ResponderEliminar
  6. dime quién eres y te diré...
    mentira¡¡ mentira podrida...¡¡ dime dónde y cómo tomas el café de la mañana y te diré quién eres y como eres¡¡ verdad verdadera..y así,no sé tú, cristina, a mí se me puede definir y conocer al observarme en las mañanas tomando café en lo de julito, el bar sama, el único bar que abre a las 10 de la mañana de mi pueblo...también es el bar de antonia...que es su mujer...y es que ahora que ando en el paro, mi día no comienza hasta que no me tomo ese café. y mientras trabajo, que nadie me hable de almorzar en casa. no. de eso nada. yo me voy con mi bocata a lo d,ejulito y café al canto después de comerme el bocata...
    esos instantes, tanto cuando trabajo como cuando no, son míoooosss y sólo míosss...después que la gente me hable o me diga lo que quiera...
    medio beso, cristina.

    ResponderEliminar
  7. A mi me encanta el café, ahora tomo menos, me quiero controlar, pero en tiempos tomaba tres y cuatro diarios, ahora uno o quizás dos.
    Particularmente me encanta tomarlo "del tiempo", como llamamos en Valencia al café con hielo y una rodaja de limón. Es casi como un refresco y está delicioso. Últimamente, gracias a una de esas máquinas que se han puesto tan de moda, también lo tomamos con un pequeño chirrito de crema de coñac, pero generalemnte sólo los fines de semana.

    Tu texto invita a tomarse uno relajadamente. ¡Alla voy!

    Un abrazo

    ResponderEliminar
  8. El café tiene un no sé qué, que que sé yo... quiero decir, aporta tan solo con el aroma una atracción especial. De las diversas formas que pueda ser empleado o servido, el café, sin dudas tiene su encanto. En estas tardes otoñales (por estas latitudes) una taza de café con leche (que es como más me gusta), suena acogedor. De hecho, cuando dos (o más) personas se encuentran y tienen la intención de entablar una conversación merecida y amena, lo primero que se sugiere es: ¿qué tal si nos tomamos un café? la invitación queda hecha, y el camino se abre solo.
    Un gusto leerte y compartir un cafecito bloguero!
    Buen fin de semana:
    Gaby*

    ResponderEliminar
  9. El café es una de las riquezas de Colombia. Y sí, una taza de café es estupenda y une a la gente. Ante una taza de café se puede entablar cualquier relación.
    Un beso

    RAFA

    ResponderEliminar
  10. EL aroma de un buen café dicen que es lo que marcar la diferencia... y es buen acompañante para una tertulia o una escusa para quedar.
    Me llevo un café de los tuyos, ummm

    Besos

    ResponderEliminar
  11. Yo me quedo con ganas de probar el café de esa cafetera. Son un cafeinómano confeso, no puedo salir de casa sin mi tazón de leche con café ni empezar a trabajar en serio hasta que tomo el segundo.
    Un beso Cristina.

    ResponderEliminar
  12. Hola Cristina, yo me quedo con el aroma del café, me encanta!
    Un beso

    ResponderEliminar
  13. El cafe tiene sus conotaciones que le vienen sin que las pida, es como la puerta social hacia algún lugar. Bebemos un cafe, y:...empezamos una relación, sellamos un acuerdo, aclaremos estos puntos, ponemos fin a esta historia...o simplemente disfrutamos de un momento aromatico y gustoso, a solas o acompañado. Un placer del paladar y del alma has traido a esta convocatoria Cristina, te dejo un gran beso

    ResponderEliminar