Aquel fue, sin duda, su peor año. 365 días que deseaba borrar de su mente. Siempre había llevado una vida tranquila y sosegada hasta que apareció él para desordenarlo todo. No lo decidieron así, fue algo que surgió sin que ninguno de los dos pudiera hacer nada para evitarlo. Cuando quisieron darse cuenta, se habían enamorado tanto el uno del otro que no concebían una existencia por separado.
A la vista de todos, eran la pareja perfecta, pero las cosas comenzaron a torcerse cuando los padres de ella se enteraron, oponiéndose rotundamente a la relación. “Tú aún eres joven, hija, estás enamorada y no ves más allá, pero debes hacernos caso, ese chico no te conviene, créeme, es mejor que lo dejes ahora, antes de que duela todavía más”. Escuchó esas palabras de boca de su madre cientos de veces, siempre las mismas, pero nunca un solo argumento sólido por el que pudieran desquebrajarse los cimientos de la pareja que habían formado. Su padre no hablaba del tema, solo miraba a su mujer y asentía con una leve sonrisa forzada.
La vida en común de la feliz pareja empezó a tambalearse como si del camino de un malabarista sobre la cuerda floja se tratara. Las discusiones eran cada vez más frecuentes y llegó un momento en el que él no pudo soportar más y optó por desaparecer. A partir de ahí, ni una llamada, ni un mensaje, era como si se lo hubiese tragado la tierra.
Durante un año, no hubo ni un solo día en el que ella no derramara al menos un par de lágrimas por él. Llegó a llorar tanto que pensó que moriría ahogada en su propio llanto. Era consciente de que la vuelta probablemente no se produciría, pero se negaba a perder la esperanza de vivir el reencuentro y disfrutar de una segunda oportunidad. Un año, ese era el plazo que se había marcado y que estaba a punto de concluir. Después, si no aparecía, si continuaba sin dar señales de vida, se prometió a si misma cambiar el chip e intentar volver a ser la chica alegre de antes.
Se encontraba inmersa en sus pensamientos cuando sonó el timbre. Sobresaltada, se levantó dirigiéndose hacia la puerta con miedo a descubrir quién había detrás. Eran casi las doce de la noche y el plazo marcado estaba a punto de finalizar. ¿Sería él? Prefirió no asomarse por la mirilla, mejor abrir directamente y salir por fin de dudas.
Allí estaba él, mirándola fijamente con aquellos enormes ojos verdes que tanto había echado de menos, y no solo eso, también a sus labios carnosos, su tez morena, su torso, su pelo negro y ensortijado que ella se encargaba de despeinar… Sintió un deseo irrefrenable de besarlo, acariciarlo, volver a sentirse suya otra vez. Sin pensarlo, se abalanzó sobre él besándolo apasionadamente mientras lo dirigía hacia su dormitorio. Ya habría tiempo para explicaciones más tarde.
Más historias de amor en el blog de Nieves
Me alegro de ese final, creía que iba a ser otro distinto. Mejor así.
ResponderEliminarTambién me gusta ese final.
ResponderEliminarBonita historia y buen final pero...yo le pediría explicaciones primero!
ResponderEliminar-.- por qué las mujeres siempre tenemos que tener ese rol de idiotas? anda que yo le iba a llorar y a llevármelo al catre... Salud : )
ResponderEliminarSerá deformación por el rol familiar, pero coincido con el padre en dar la razón a la madre. Temo que ese chico no le conviene, que muy bien, fantástico el reencuentro, pero el chico no parece trigo limpio ...
ResponderEliminarBueno, amiga, me alegra que participes en los jueves. Besos.
El amor es ciego, y es muy cierto. Era evidente que ese chico no merecia el recibimiento que ella la hizo. Le regaló su amor sin condiciones y sin una desculpa por parte de él. Ni una muestra de arrepentimiento....
ResponderEliminarBonito post.
Saludos entrañables
Tristes episodios con desembocan en un final felíz que sobre todaaas deseamos siempre!!! :)
ResponderEliminarun fuerte abrazo y felíz jueves
Siempre hay que dar una segunda oportunidad; pero hay que meditarlo un poco más, por si las moscas.
ResponderEliminarUn abrazo
Yo por si acaso estaria atenta a su comportamiento después de volver con el. Cuando alguien que dice amarte, no se toma la molestia de pedir disculpas, o esplicar sus motivos, a mi modo de ver...Volverá ha hacerla daño puesto que no tiene conciencia de estar equibocado, y sabe que ella volverá a perdonarle. Besos y sonrisas querida amiga.
ResponderEliminarPero qué facilonas somos! (A veces)
ResponderEliminarY lo del "final feliz", aún está por ver, que me fío del morenazo na y menos!
;o)
Es bueno creer en los finales felices. Opino como otros amigos en que él debería haber dado alguna explicación pero eso es otra historia que no está escrita en tu relato. Seguro que tras ese deseado encuentro habría largas conversaciones.
ResponderEliminarBesos.
Triunfó el amor... de momento :)
ResponderEliminarUn beso!
Vaya horitas de volver que tiene el gachó. Muy entretenido relato, Cristina. Y mis mejores deseos para la parejita.
ResponderEliminar¡Ay! esos ojos verdes, tez morena y labios carnosos...
Un abrazo.
Lupe
supongo -o quiero creer- que a partir de ahí siguieron siendo felices!
ResponderEliminar=)
Un abrazo
Me encantan los finales felices, y estas historias de amor dónde las explicaciones quedan para después.
ResponderEliminarUn besote.
Una larga espera que bien vale un revolcón para retomar nuevos contactos, jejee.. Sabes, el amor sin condiciones suele ser así, pero ¿debería? Es una pregunta que yo me hago.
ResponderEliminarUn beso
El triunfo del amor... que añito más malo, ¿no?...
ResponderEliminarPor cierto, has estado acertada en el tema, como todos...había libertad en el planteamiento, se trataba de ir derramando un poquito de amor en cada uno de nuestros escritos y aquí se respira.
Besos, guapísima!!
Gracias por compartir este jueves conmigo
De película, esta es El Reencuentro 1, habra que esperar a la segunda parte, porque el enemigo acecha bajo el mismo techo.
ResponderEliminarBesos
Definitivamente la pobre chica perdió la cabeza. Me reafirmo en que no todo el mundo está preparado para enamorase jaja! Has estirado el tempo muy bien. Todo un año en un pequeño relato. Te felicito. Un abrazo.
ResponderEliminarEsto es una historia de película y como dice Alfredo seguro que habrá una segunda parte, porque ya deja en el aire algun que otro interrogante.
ResponderEliminarUn abrazo.
Oooohhh !!!
ResponderEliminarque bella historia de amor, muy romantica me ha encantado sobre todo el final
Quizá también se dio un plazo que tampoco fue capaz de cumplir, por fortuna para los dos... ¿O no?... Podría ser el final de una historia o quizá el principio de otra...
ResponderEliminarCristina, te he dejado un premio en mi blog, puedes pasorlo a recoger cuando quieras.
ResponderEliminarUn abrazo