viernes, 10 de febrero de 2012

Viaje en el tiempo

Sabía que era un viaje sin retorno. Una vez que entrara por aquella puerta no habría vuelta atrás. Tenía billete de ida, pero no de vuelta. Pocos sabían a donde iba en realidad, de hecho, ni siquiera él estaba seguro de lo que encontraría por el camino, pero la curiosidad le podía y por eso decidió embarcarse en una inquietante aventura.
            Se despidió de sus familiares como si ese día nada fuera a cambiar, aunque él sabía perfectamente que no sería así, aquel instante marcaría el rumbo de su vida y ya nada volvería a ser lo mismo.
            Cuando llegó al edificio, de paredes transparentes y decoración minimalista, un  hombre de proporciones perfectas lo recibió con una gran montaña de papeles que debía leer y firmar. “Es la política de la empresa”, le dijo con voz seria y profunda.
            Al principio estaba solo en una fría habitación que se fue llenando conforme pasaban los minutos, unos minutos que a él se le hacía eternos. En ese momento ya no tenía reloj, la normativa se lo impedía, y no era capaz de adivinar el tiempo que llevaba allí. Tampoco le importaba mucho, lo único que quería era enterarse, por fin, de que le deparaba el futuro. Así lo prometía el anuncio que leyó en el periódico: “Participe en un ambicioso proyecto de investigación que le permitirá conocer el destino. Solo cuatro personas serán las elegidas. Total confidencialidad”.
            Cuando lo llamaron sintió como le temblaban las piernas y empezaron a sudarle las manos. “Siéntese ahí, espere y observe atentamente la pantalla”, escuchó por uno de los altavoces colgados en las esquinas del pequeño habitáculo. Entonces, todo se volvió negro y derepente comenzó una especie de película. El protagonista le resultaba familiar. Enseguida se dio cuenta de que era él con unos cincuenta años más. Estaba hablando con una anciana a la que no lograba reconocer que le contaba cosas sobre su pasado. Al parecer era su esposa y se habían conocido en un viaje que él hizo con sus amigos de la Universidad en el año 2017.
            Los dos iban muy arreglados y observó que se dirigían hacia una iglesia. ¡Eran sus bodas de oro! Se quedó anonadado, jamás pensó que tendría la suerte de encontrar una mujer con la que compartir más de cincuenta años de su vida. Pero eso no era todo, ¿habrían tenido hijos? Se preguntó. Enseguida salió de dudas al ver a una bella mujer que se acercaba acompañada por dos jóvenes. ¡Enhorabuena, papá! Le dijo mientras lo abrazaba. Después vio como también llegaban a felicitarle el chico y la chica que iban con su hija y que resultaron ser sus nietos.
            La curiosidad y la inquietud se apoderaron de él. ¡Tenía tantas cosas que preguntarles a todos! Quería saber cómo había transcurrido su existencia hasta el momento que reflejaba la película ambientada, por así decirlo, en el año 2070 y basada en hechos tan reales como que deseaba levantarse de la silla y atravesar la pantalla para conversar con su familia. No pudo, una especie de cortocircuito hizo que la retransmisión se parara justo en el momento más interesante. La luz se volvió a encender y escuchó por megafonía unas palabras que terminaron con sus esperanzas de conocer cómo continuaba la película de su vida. “Lo sentimos, pero se ha producido un fallo en el experimento y no puede volver al futuro, ahora debe regresar al presente y continuar su andadura hasta llegar de nuevo a 2070”.
            Se levantó un poco mareado, aturdido y confuso. Seguía siendo un joven de veinte años pero ahora tenía la ventaja o el inconveniente de conocer ciertas cosas sobre su futuro. Efectivamente, el viaje emprendido al leer aquel anuncio en la prensa lo había cambiado todo y ya nada volvería a ser lo mismo.

2 comentarios:

  1. Ya sabes que nos gustó mucho a todos, creo que cada día te superas, además esa imaginación tuya da para mucho.

    Besos.

    ResponderEliminar
  2. Menudo viaje hizo tu personaje, creo que a todos nos gustaría saber un poco más de cómo será el futuro, o de saber un cómo será nuestra vida, por eso tienen tanto éxito las videntes. Pero mira con imaginación se rompen muchas barreras. Aquí tenemos la muestra. Un bonito relato que te hace merecedora de un aplauso :)

    Un abrazo.

    ResponderEliminar